Hace tiempo ya, gracias al convenio Solas y el SCTW, se reguló con qué materiales y formación profesional debían contar todos aquellos que se dediquen a la mar. Cursos como la formación básica, contra incendios o la formación sanitaria forman parte del bagaje de cualquiera (desde el marinero de cubierta hasta el animador de cruceros, pasando por el personal de cocina) que vaya a ejercer una labor a bordo.
En Yacht Point, a través de un amplio equipo de formadores, abordamos esta instrucción homologada desde un ámbito teórico y práctico.
Y a pesar de su carácter obligatorio, de ser un paso necesario para la obtención de titulaciones y embarques (y por tanto de días de mar), he comprobado en los últimos tiempos que la mentalidad del alumno medio esta cambiando desde el “vengo a que me den el papel” a “esto es importante, esto es útil”, lo que hace que el nivel de participación y aprendizaje suba, y a su vez aumente el nivel de exigencia para con los formadores. Y como formador, he de admitir que no hay nada más gratificante que comprobar que el alumno a tu cargo aprende.
Y como no puede ser de otra manera, no es que diversión y aprendizaje estén reñidos, es que necesariamente han de ir de la mano.
Por otro lado, un motivo de satisfacción personal es poder trabajar con un grupo de profesionales de distinta procedencia. En mi caso formo parte de un equipo constituido por capitanes de la marina mercante, profesores de facultad, técnicos en riesgos laborales, consultores de seguridad, patrones deportivos, etc… Esto hace que los diferentes puntos de vista se sucedan, fomentado así la actualización de conocimientos y procedimientos por parte del equipo docente.
Y cómo siempre decimos, nuestro objetivo no es otro que dar la mejor formación sobre temas que esperamos nunca tengas que poner en práctica. No obstante, si un día finalmente te enfrentas a una situación de emergencia deberían acudir a tu mente cuatro o cinco principios fundamentales con los que la deberías hacer frente con garantías.
En la mar, no pasa nunca nada…hasta que pasa. Es entonces cuando más te vale estar preparado: no tomes los cursos como un trámite, aprovéchalos.