Una vez obtenida la titulación náutica, ya estamos acreditados para patronear un barco.
¿Pero, y ahora qué?
No ser armador no es excusa para no salir a navegar
Hay varias posibilidades para seguir adelante con la afición.
Empezamos con las más económicas:
- Si disponemos de amigos con velero, ésta es la opción más económica, seréis una buena ayuda en las maniobras y al mismo tiempo cogeréis más experiencia.
- Ofrecerse cómo tripulante en regatas de club, ya que hay tripulaciones que buscan tripulantes.
- Apuntarse a un Club de Navegantes, en Yacht Point te podemos recomendar los que funcionan mejor.
- Alquilar un velero o motora, para una salida corta. Aquí podemos compartir los gastos con amigos. Un consejo, en las primeras salidas sobre todo salir con buen tiempo y aprovechar para practicar maniobras en puerto, velas… recomendamos si se tiene poca experiencia n o hacer las primeras salidas en familia. Los nervios nos pueden traicionar.
- Otra buena opción es alquilar con patrón, y aprovechar su experiencia para mejorar maniobras, gestos, antes de lanzar-se a patronear solos.
Otras recomendaciones a tener en cuenta:
- Una formula muy recomendable es combinar la vela ligera con las salidas en crucero. Con la vela ligera aprendemos matices en relación a la navegación a vela que con crucero es más complejo.
- Las primeras salidas como patrón, marcaran el carácter de las siguientes. Si la experiencia es buena, la afición crecerá, al mismo tiempo que la confianza de la tripulación en el patrón. Recomendamos no correr, ni ponerse objetivos difíciles. Las salidas cortas de una mañana son perfectas para empezar, después ya iremos alargando a fin de semana hasta un crucero de una semana o más. Igual que las distancias, empezar con jornadas cortas. Con el tiempo cuando la tripulación ya esté “marinizada”, podremos plantear singladuras más importantes.
- Escoger bien los compañeros de tripulación que nos acompañen en estas primeras salidas. Un tripulante “criticón” puede minar la confianza del patrón, y al mismo tiempo propiciar situaciones de nervios.
Bueno. Lo más importante es no perder la afición.
Y como hemos empezado el post… ¡no tener barco no es excusa para no salir a navegar!